TROPIKKA The Lifestyle Magazine

para honrar la finalización de la Ciudad Prohibida.

Estos distinguidos invitados habían estado en Pekín durante más de dos años, ya que habían sido traídos aquí por el anterior viaje de la Flota del Tesoro en 1418-1419 para que pudieran unirse a la celebración una vez que se completara la Ciudad Prohibida. Se les había proporcionado la mejor comida, vinos, alojamiento de lujo y concubinas que eran muy hábiles en las artes amatorias. Todo ello diseñado para mantenerlos felices e impresionarlos con la opulencia y la generosidad del Imperio chino y la magnificencia de su Emperador designado celestialmente. Zhu Di no creía en hacer nada a medias, ya fuera reconstruir una gran parte de la Gran Muralla o construir esta magnífica Ciudad Prohibida, desafortunadamente esto significaba desembolsos suntuosos del tesoro real y esto causó serias fricciones con la conservadora clase mandarín inspirada por Confucio que dirigía las operaciones cotidianas del Imperio fuera de la Ciudad Prohibida mientras sus eunucos más liberales manejaban todo dentro. Otra razón por la que este viaje fue único fue su misión de circunnavegar todo el globo dividiéndose en varias flotas más pequeñas y así crear mapas más precisos, y presentar las maravillas de China a otras personas alrededor del mundo y traerlos al redil para que cosecharan los beneficios de convertirse en parte de este gran imperio y todas las ventajas y el conocimiento avanzado que tenía para ofrecer y, por supuesto, como nuevos tributarios de las arcas reales. Si bien el tributo era parte de la razón para agregar nuevas regiones al redil, los chinos sintieron que lo que compartían en cultura y tecnología superaba con creces lo que recibían a cambio, de modo que estas personas se beneficiarían enormemente. También estaba diseñado para crear nuevas colonias de colonos chinos en todo el mundo. Otra razón para este viaje era encontrar y establecer una contraparte meridional de la Estrella Polar que los chinos pudieran usar de la misma manera para calcular la latitud en cualquier parte del mundo. Actualmente, una vez que esta Estrella estuviera fuera de la vista justo más allá del ecuador, perderían su capacidad para hacer tales cálculos. Sin embargo, para lograr estos objetivos sería necesario navegar por aguas mayoritariamente inexploradas y posiblemente muy peligrosas, desconocido para ellos en el momento de la partida; sólo uno de cada diez marineros que partían ese día volvería a ver China otra vez y, de hecho, incluso esos sobrevivientes difícilmente podían imaginar que regresarían a una China muy diferente de la que se preparaban para dejar. Sin embargo, la razón principal de este sexto viaje era verdaderamente de alto secreto y sólo un puñado de personas conocían las verdaderas razones de esta empresa. La orden vino directamente de Zhu Di, el exaltado Emperador Ming en persona, a quien su padre, el segundo Emperador Ming, le había confiado el cuidado de 8 artefactos más inusuales y maravillosos. La historia era que estos artefactos, de hecho, habían sido dejados hace cientos de años por hombres muy sabios con largas barbas blancas que habían surgido de las grandes profundidades de la tierra y eran parte de los últimos sobrevivientes de una