TROPIKKA The Lifestyle Magazine
El Reino de Bután es un pequeño país sin salida al mar en el Himalaya oriental, que limita con China al norte y con la India al sur, este y oeste. Su interesante historia está profundamente entrelazada con sus características culturales, religiosas y geográficas, lo que lo convierte en una de las naciones más singulares del mundo y que hoy en día tiene grandes y maravillosas aspiraciones cuya meta final es la felicidad. está determinada en gran medida por la difusión del budismo. Si bien hay pocos registros escritos de los primeros períodos, los orígenes de Bután como entidad distinta se remontan al siglo VIII aproximadamente, cuando Gurú Padmasambhava (también conocido como Gurú Rinpoche) trajo el budismo Vajrayana a la región. Este evento dio forma significativa al panorama religioso y cultural de Bután, y el país se hizo conocido como un bastión del budismo tibetano. En el siglo XVII, Bután era una región fragmentada con varios gobernantes locales, cada uno de los cuales controlaba diferentes partes del país. La unificación de Bután en un solo reino se atribuye a menudo al lama y líder militar tibetano Zhabdrung Ngawang Namgyal. En la década de 1620, Zhabdrung Ngawang Namgyal La historia de Bután
llegó a Bután procedente del Tíbet, donde había participado en el liderazgo religioso y político del Tíbet. El procedió a establecer una nueva administración centralizada, que integró las diversas regiones de Bután fortaleciendo la influencia de la escuela Drukpa Kagyu del budismo tibetano, la secta religiosa predominante en Bután. El establecimiento por parte de Zhabdrung de un sistema dual de gobierno, con autoridad religiosa y secular, se convirtió en una característica definitoria de la estructura política de Bután. Este sistema persistió durante varios siglos y sentó las bases para el futuro gobierno de Bután.
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